El cultivo del corcho es una de las señas de identidad de la Península Ibérica desde tiempos inmemoriales, y por eso no extraña que España sea uno de los principales países productores de tapones para botellas elaborados con este material. Una de las principales empresas de este sector tan particular se encuentra en Castilla- La Mancha, concretamente en la ciudad de Valdepeñas (Ciudad Real). Con dos centros de trabajo ubicados en el mismo polígono industrial de la ciudad manchega, Gruart La Mancha tiene la situación idónea para una industria de este tipo, teniendo en cuenta que la región posee la mayor extensión de viñedos del planeta, con más de 600.000 hectáreas. Por tanto la demanda de tapones de corcho es una constante, por parte de las empresas embotelladoras y de las bodegas. El corcho es un material perfecto para utilizarse como tapón en las botellas, y por ello lleva utilizándose con este fin desde hace miles de años. Se trata de un producto natural que todavía no ha encontrado una réplica artificial que sea igual de eficaz, en términos de flexibilidad, impermeabilidad, estanqueidad e higiene. El proceso para fabricar tapones de corcho de forma industrial conserva aún a día de hoy buena parte de los métodos artesanales que se emplean desde hace siglos, aunque adaptados al ritmo de trabajo y las exigencias del siglo XXI. El corcho se somete a un primer hervido y posteriormente a un segundo, para después dejarse en reposo en un lugar ventilado y con poca humedad ambiental, hasta que alcanza el nivel de humedad idóneo para poder ser perforado sin problemas. La maquinaria automática es la que se encarga de sacar de las planchas de corcho (que previamente ya han sido seleccionadas por su calidad) los tapones, aunque no es raro que de vez en cuando aparezcan imperfecciones o restos de corteza que hay que depurar posteriormente a través de una máquina electrónica, que es la encargada de pulir definitivamente y dejar perfectamente acabados los tapones. Los restos sobrantes o los trozos despreciados en este proceso tampoco se desaprovechan, puesto que acaban convirtiéndose en materia prima para la fabricación de aglomerado. Por otro lado los tapones que se fabrican son almacenados en una sala especial con control de temperatura y de humedad, y además en grandes cantidades para garantizar siempre al menos un stock mínimo de cuatro meses para la clientela habitual de la empresa. Si quieres aprender más sobre el interesante proceso de fabricación de estos tapones de corcho, haz clic en ver sitio web y podrás conocer más detalles sobre la empresa y sobre otros detalles concernientes a la fabricación de derivados a partir del corcho, en una región con especial devoción por el mundo del vino.
0 Comments
Leave a Reply. |
Archives
June 2020
Categories |