En cualquier entorno profesional es muy importante siempre saber innovar para estar a la cabeza y destacando por encima de los demás. La competencia entre empresas es muy dura y la que primero se duerma pierde su sitio, quizá a veces para no volver a recuperarlo. Por ello, da igual el tipo de actividad económica que sea, hay que proponer siempre nuevas mejoras de los productos y servicios que se ofrecen y estar de forma continuada formulándonos una pregunta: “¿estamos ofreciendo a nuestra clientela justo lo que está demandando de nosotros?” Además, no hay empresa grande o pequeña en este sentido. Cualquiera puede tener una idea genial que cambie para siempre su suerte. Aunque lógicamente las que disponen de mayor volumen de ingresos y beneficios son las que antes se pueden permitir mayores inversiones de este tipo. Un ejemplo de ello son las empresas relacionadas con el turismo, sobre todo hoteles y restaurantes, que a menudo suelen atraer a clientes con un alto nivel adquisitivo y con unas exigencias de calidad y buen servicio que no admiten ningún fallo. Es por ello que si un establecimiento hotelero quiere seguir siendo un sitio de referencia debe cuidar todos y cada uno de los detalles, tanto los que se ven al público como los que no, porque al final cualquier mínima molestia puede ser fatal para la reputación de nuestro negocio. Sobre todo ahora más que nunca que el reconocimiento de las empresas viene dado por las opiniones que los clientes vierten en páginas web especializadas y en portales de reservas hoteleras. Así las cosas, un hotel tiene que cuidar de mil detalles que sería casi imposible enumerar en un artículo tan corto, pero que de forma resumida podríamos acotar a una lista como la que vamos a describir a continuación. En primer lugar la ubicación del local o edificio debe ser favorable, a ser posible lo más céntrica posible, o al menos con unas buenas comunicaciones por transporte público, y además hay que procurar que sea un sitio tranquilo y agradable. Dentro de la habitación hay que cuidar todos los elementos de confort que podamos, para que el cliente se sienta aún mejor que en su propia casa. Eso incluye un sistema de climatización eficaz, unas sabanas para hosteleria cómodas, limpias y fragantes, un buen servicio de habitaciones e incluso la propia decoración del cuarto. El objetivo final es que nuestros clientes no tengan ni un solo elemento de queja durante su estancia. Solo de ese modo repetirán su visita y podrán recomendarnos a sus contactos y conocidos. Esa, y no otra, es la mejor y más preciada publicidad que podríamos tener y desde luego también la más barata de conseguir.
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June 2020
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